El Europeo de Balonmano se decidirá con una final inesperada.
Alemania y Francia fueron derrotadas en semifinales y se verán la caras, eso sí, en el partido por el tercer y cuarto puesto. Dinamarca y Croacia han dado la sorpresa y se disputarán la gloria continental.
CROACIA 24 - 23 FRANCIA (11-09)
Una parada del arquero Vjenceslav Somic con ayuda del poste al lanzamiento de Nikola Karabatic metió a Croacia por primera vez en su historia en la final de un Campeonato de Europa, la única gran final que les faltaba por disputar. Los balcánicos, en un partido muy serio, se impusieron por 24-23 a Francia.
Pese a la trascendencia del choque, en el que galos y croatas además de un puesto en la gran final se jugaban parte del billete olímpico, los aficionados estaban pendientes al duelo entre Nikola Karabatic e Ivano Balic, quienes podrían pugnar por el galardón honorífico de mejor jugador del torneo.
Cinco lanzamientos necesitó Karabatic, incluido un penal, para ver puerta, los mismos que Balic, que sufrió como nadie la solidez de la defensa francesa, con varios blocajes, que frenaron la aportación anotadora del elegido dos veces por la Federación Internacional mejor jugador del planeta.
El encuentro estuvo muy igualado hasta su recta final, en la que cualquiera de los dos conjuntos pudo lograr el triunfo. Los dos errores consecutivos en los disparos de Karabatic, el acierto de Somic en el arco y la ayuda de la madera dejaron a Francia sin un título que muchos le otorgaban ya. De paso, Croacia pudo vengar su eliminación a manos francesas tanto en las semifinales del Europeo de Suiza 2006 como en los cuartos de final del Mundial de Alemania 2007.
CROACIA 24 - 23 FRANCIA (11-09)
Una parada del arquero Vjenceslav Somic con ayuda del poste al lanzamiento de Nikola Karabatic metió a Croacia por primera vez en su historia en la final de un Campeonato de Europa, la única gran final que les faltaba por disputar. Los balcánicos, en un partido muy serio, se impusieron por 24-23 a Francia.
Pese a la trascendencia del choque, en el que galos y croatas además de un puesto en la gran final se jugaban parte del billete olímpico, los aficionados estaban pendientes al duelo entre Nikola Karabatic e Ivano Balic, quienes podrían pugnar por el galardón honorífico de mejor jugador del torneo.
Cinco lanzamientos necesitó Karabatic, incluido un penal, para ver puerta, los mismos que Balic, que sufrió como nadie la solidez de la defensa francesa, con varios blocajes, que frenaron la aportación anotadora del elegido dos veces por la Federación Internacional mejor jugador del planeta.
El encuentro estuvo muy igualado hasta su recta final, en la que cualquiera de los dos conjuntos pudo lograr el triunfo. Los dos errores consecutivos en los disparos de Karabatic, el acierto de Somic en el arco y la ayuda de la madera dejaron a Francia sin un título que muchos le otorgaban ya. De paso, Croacia pudo vengar su eliminación a manos francesas tanto en las semifinales del Europeo de Suiza 2006 como en los cuartos de final del Mundial de Alemania 2007.
DINAMARCA 26 - 25 ALEMANIA (10-13)
El conjunto nórdico acabó con el maleficio que le había llevado a caer en las semifinales de los tres últimos europeos, así como en el pasado Mundial, tras vencer por 26-25 a Alemania, gracias a un gol de penal de Lars Christiansen a tres segundos para el final.
No le tembló el pulso al veterano extremo danés, autor de casi 1.200 goles con la selección, y batió con seguridad a Johannes Bitter. Pese a su excepcional encuentro, el meta germano no pudo evitar la derrota de su equipo en un encuentro que midió a dos equipos que representan dos concepciones diferentes de este deporte.
El choque midió a dos escuadras que presentaron estilos defensivos muy parecidos. Los dos técnicos apostaron por un rocoso 6-0, bordeando siempre la máxima dureza permitida, con el que propiciar un veloz juego de contragolpe. Las diferencias se basaron en ataque donde, mientras los teutones optan por potentes lansadores, los nórdicos emplearon un juego basado en unos pases que ejecutaron a la máxima velocidad.
De este modo, si la supervivencia de Alemania dependió del porcentaje de acierto de sus lanzadores, Dinamarca pudo permitirse un mal de Lasse Boesen (que no anotó ni un sólo gol en la primera parte) gracias a los recursos ofrecidos por Knudsen en el pivote, Christiansen en el extremo o las penetraciones de Boldsen.
Pese a su desventaja en el marcador, el coraje de los germanos les llevó a volver a empatar. Un último gol de Kraus, a falta de treinta segundos, obligó a los pupilos de Ulrik Wilbek a demostrar toda su riqueza táctica. En esta ocasión, el elegido fue el pivote Knudsen que no sólo forzó con su veloz movimiento el penal decisivo, sino también la exclusión de Preiss.
Chrisitiansen no erró la pena máxima y, con ella, borró para siempre los fracasos de Suecia 2002, Eslovenia 2004, Suiza 2006 y el pasado Mundial de Alemania 2007, donde Dinamarca cayó siempre en la semifinal.
El conjunto nórdico acabó con el maleficio que le había llevado a caer en las semifinales de los tres últimos europeos, así como en el pasado Mundial, tras vencer por 26-25 a Alemania, gracias a un gol de penal de Lars Christiansen a tres segundos para el final.
No le tembló el pulso al veterano extremo danés, autor de casi 1.200 goles con la selección, y batió con seguridad a Johannes Bitter. Pese a su excepcional encuentro, el meta germano no pudo evitar la derrota de su equipo en un encuentro que midió a dos equipos que representan dos concepciones diferentes de este deporte.
El choque midió a dos escuadras que presentaron estilos defensivos muy parecidos. Los dos técnicos apostaron por un rocoso 6-0, bordeando siempre la máxima dureza permitida, con el que propiciar un veloz juego de contragolpe. Las diferencias se basaron en ataque donde, mientras los teutones optan por potentes lansadores, los nórdicos emplearon un juego basado en unos pases que ejecutaron a la máxima velocidad.
De este modo, si la supervivencia de Alemania dependió del porcentaje de acierto de sus lanzadores, Dinamarca pudo permitirse un mal de Lasse Boesen (que no anotó ni un sólo gol en la primera parte) gracias a los recursos ofrecidos por Knudsen en el pivote, Christiansen en el extremo o las penetraciones de Boldsen.
Pese a su desventaja en el marcador, el coraje de los germanos les llevó a volver a empatar. Un último gol de Kraus, a falta de treinta segundos, obligó a los pupilos de Ulrik Wilbek a demostrar toda su riqueza táctica. En esta ocasión, el elegido fue el pivote Knudsen que no sólo forzó con su veloz movimiento el penal decisivo, sino también la exclusión de Preiss.
Chrisitiansen no erró la pena máxima y, con ella, borró para siempre los fracasos de Suecia 2002, Eslovenia 2004, Suiza 2006 y el pasado Mundial de Alemania 2007, donde Dinamarca cayó siempre en la semifinal.
Fuente Eurosport.